Desde el Frente Renovador fogonean dos fórmulas para llegar a la gobernación. Insaurralde // Eseverri y De Narváez // Graciela Camaño.
En el Frente Renovador parece que se improvisa cada vez mas, es que Mónica López analiza irse junto a Gustavo Posse al macrismo.
La diputada de Avellaneda se había despegado de las recurrentes críticas del intendente de San Isidro, pero ante tanta movida de candidatos, por estos días analiza alejarse del massismo.
El problema que se le presenta a Sergio Masa con la supuesta partida de López es que la legisladora no sólo se llevaría su armado territorial en varios distritos de la Provincia sino que le garantiza los fiscales para las elecciones de agosto y octubre, particularidad que ningún otro precandidato le resuelve al jefe del espacio.
Darío Giustozzi como hombre fuerte dentro del massismo se está apagando.
En Tigre reina el malestar por su osada jugada con el randazzismo en Almirante Brown.
Algunos mencionan que le faltó el respeto a Sergio Massa, otros que ya no tiene vuelta atrás.
Felipe Solá, recién lanzado en Mar del Plata, mira con su parsimonia habitual el juego de los demás, aunque en declaraciones a los medios fue claro al afirmar que no será “vice de nadie”.
Hoy, el apuro de Insaurralde y el retroceso de Giustozzi los tienen acorralado porque el problema es a dónde irse, algo que Posse y Mónica López ya habrían encontrado.
La diputada de Avellaneda se había despegado de las recurrentes críticas del intendente de San Isidro, pero ante tanta movida de candidatos, por estos días analiza alejarse del massismo.
El problema que se le presenta a Sergio Masa con la supuesta partida de López es que la legisladora no sólo se llevaría su armado territorial en varios distritos de la Provincia sino que le garantiza los fiscales para las elecciones de agosto y octubre, particularidad que ningún otro precandidato le resuelve al jefe del espacio.
Darío Giustozzi como hombre fuerte dentro del massismo se está apagando.
En Tigre reina el malestar por su osada jugada con el randazzismo en Almirante Brown.
Algunos mencionan que le faltó el respeto a Sergio Massa, otros que ya no tiene vuelta atrás.
Felipe Solá, recién lanzado en Mar del Plata, mira con su parsimonia habitual el juego de los demás, aunque en declaraciones a los medios fue claro al afirmar que no será “vice de nadie”.
Hoy, el apuro de Insaurralde y el retroceso de Giustozzi los tienen acorralado porque el problema es a dónde irse, algo que Posse y Mónica López ya habrían encontrado.
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